El anuncio de la construcción de un cerco en la frontera se interpone en la visita de Blinken y Mayorkas a Ciudad de México, con migración y narcotráfico como temas principales
Las declaraciones de buena voluntad entre los Gobiernos de México y Estados Unidos se estrellaron con el anuncio de 32 kilómetros nuevos de muro fronterizo entre ambos países. En su visita a Ciudad de México, la delegación de altos funcionarios del Gobierno de Joe Biden se ha visto obligada a dar explicaciones a sus vecinos mexicanos, que reconocieron su “preocupación” y el mal momento en que se da a conocer la ampliación de valla al sur de Texas. “Nosotros preferimos edificar puentes y no muros”, afirmó la secretaria de Relaciones Exteriores, Alicia Bárcena, en una conferencia de prensa con su homólogo estadounidense, Antony Blinken. “No teníamos opción”, señaló este jueves Alejandro Mayorkas, el secretario de Seguridad Nacional, al insistir en que los recursos para la construcción ya se habían asignado durante la Administración de Donald Trump y que estaban obligados legalmente a destinarlos a esa tarea.
“En el Gobierno de México estamos renuentes y en contra de que haya muros”, sentenció Bárcena, al fijar la posición de su país ante el sorpresivo anuncio. Mayorkas publicó un mensaje en su cuenta de X (antes Twitter) una media hora antes de que iniciara la rueda de prensa para clausurar la visita de trabajo, en el que insistió en que el Gobierno de Biden no apuesta por las vallas para asegurar sus fronteras. “Esta Administración ha dejado claro desde el día uno que los muros fronterizos no son la respuesta”, se establece en el comunicado, leído por Mayorkas ante los medios de comunicación de ambos países.
“Quiero ser absolutamente claro”, dijo Mayorkas en un par de ocasiones antes de dar paso a las explicaciones. “No hay una nueva política de la Administración sobre el muro en la frontera”, señaló el alto funcionario con un dejo de incomodidad. El secretario de Seguridad Nacional agregó que la decisión ya se había tomado desde junio pasado y que por cuestiones legales tuvieron que publicar el decreto oficial. La polémica en Estados Unidos es que el Gobierno de Biden dejó sin efecto 26 leyes que se interponían en la construcción de la valla, que se levantará en el condado de Starr, uno de los focos rojos en el éxodo de inmigrantes sin papeles.
La incomodidad creció cuando los medios mexicanos pidieron a Bárcena aclarar la posición del Gobierno de Andrés Manuel López Obrador, quien había alabado a Biden por ser “el único presidente de EE UU que no ha construido muros”. “Lamentablemente, coincide con la visita”, dejó escapar la canciller. El presidente estadounidense ya había dado su posición en la Casa Blanca en la misma línea que Mayorkas un par de horas antes. El mandatario, que prometió durante la campaña en 2020 que no iba a extender el cerco fronterizo, dijo que no pudo convencer al Congreso de cambiar el destino de los recursos. “No hay nada en las leyes que les indique que pueden utilizar ese dinero en otra cosa más que para lo que se asignó. Yo no lo puedo detener”, comentó. Los periodistas le preguntaron si el muro era efectivo para detener la inmigración. Biden solo respondió “no”.
El anuncio también tomó por sorpresa y causó descontento en las filas del Partido Demócrata. “El presidente debe responsabilizarse de su decisión y dar marcha atrás”, comentó Alexandria Ocasio-Cortez en un comunicado. “La Administración de Biden no estaba obligada a expandir la construcción del muro fronterizo y, ciertamente, tampoco estaba obligada a dejar sin efecto varias leyes ambientales para acelerar su edificación”, agregó.
La migración se afianzó como uno de los temas principales de la agenda bilateral y tuvo un papel central en el Diálogo de Alto Nivel en Seguridad entre ambos países. La delegación estadounidense destacó varias veces que esta fue la primera vez que se incluyó el tema migratorio en esta reunión bilateral de Seguridad. El propio Blinken reconoció que era una señal de que la migración está en la parte más alta de la lista de prioridades de seguridad nacional de EE UU. “La presencia de tantos funcionarios refleja la importancia que tiene nuestra alianza con México”, dijo el secretario de Estado.
“México no es productor de fentanilo”
El otro tema que ha dominado la visita de Blinken, Mayorkas y el fiscal general, Merrick Garland, es el combate a la crisis del fentanilo. Tampoco estuvo exento de polémica. “México no es productor de fentanilo, es un territorio de paso”, aseguró la secretaria mexicana de Seguridad, Rosa Icela Rodríguez, a la cabeza de la delegación mexicana. Apenas minutos después, Garland habló de la cadena de distribución de las drogas sintéticas y de cómo el Cartel de Sinaloa y el Cartel Jalisco Nueva Generación están “produciendo y traficando fentanilo” de México hacia Estados Unidos.
La aparente contradicción fue notada por los periodistas mexicanos, que pidieron una aclaración a Rodríguez y a Bárcena. “No hay ninguna contradicción”, reviró Rodríguez. “En México no se producen precursores químicos, vienen de Asia”, dijo primero la secretaria de Seguridad. “México no produce fentanilo”, agregó. La funcionaria dijo que los laboratorios de drogas sintéticas que se han encontrado por las fuerzas del orden producen mayoritariamente metanfetaminas.
La negativa de México de reconocer que se produce el opioide en su territorio ha sido uno de los asuntos más polémicos en Washington y es un punto recurrente de crítica de los republicanos contra la Administración de Biden. Bárcena volvió a tomar la palabra tras la intervención de Rodríguez y dijo que “no hay laboratorios legales” que produzcan fentanilo en el país latinoamericano, pero concedió que hay “laboratorios ilegales” que sí lo hacen. Los funcionarios estadounidenses no ofrecieron mayores comentarios ante las intervenciones cruzadas de las secretarias mexicanas. Más adelante, la canciller mexicana insistió en el punto. “No hay una negación. Estamos enfrentando un problema distinto”, dijo sobre el consumo de fentanilo en México.
“Somos socios y aliados”, dijo Bárcena para refrendar el ”excelente estado de la relación bilateral”. La canciller pidió también alejarse de las narrativas que enfrentan a ambos países y exhortó a ambos Gobiernos a mantener la cooperación en el combate contra el crimen organizado, la trata de personas, el tráfico de armas y la gestión de la crisis migratoria. La extradición de Ovidio Guzmán, hijo de El Chapo, también fue aludida en la conferencia desde el Palacio Nacional, así como el anuncio de Washington de que reanudará las deportaciones masivas de venezolanos. “Su extradición es un ejemplo poderoso de lo que podemos lograr cuando trabajamos juntos”, enfatizó Garland.
Blinken destacó una “sociedad sin precedentes” entre ambos países, aunque también dijo que los desafíos actuales tampoco tienen punto de comparación con el pasado. Ambos países cierran los diálogos de alto nivel en seguridad previstos para este año con promesas renovadas y nuevos acuerdos, aunque no exentos de diferencias, presiones y puntos de fricción, con el telón de fondo de las elecciones presidenciales en ambos lados de la frontera el próximo año.